En 1919 José Moreno López Larrazábal y su hermano Manuel habían entregado a la hermandad un cuadro atribuido a Sebastiano del Piombo, que representaba a la Virgen, Santa Isabel, el Niño Jesús y San Juanito, con la condición de que el lienzo permaneciera siempre en la capilla, a lo que se accedió.
Esta pintura (125 x 100 cm.), se colocó inicialmente en la capilla, pero actualmente se ubica en la sala capitular de la hermandad. El profesor Hernández Díaz, quizás influido por los comentarios de los miembros de la cofradía, también lo consideró obra de Sebastiano del Piombo. Sin embargo, creemos que el cuadro no es obra de dicho pintor, sino que más bien pertenece a un autor anónimo de mediados del siglo XVII. Por su composición y los motivos ornamentales renacentistas que se incluyen en él, quizás pueda estar basado en una estampa flamenca de los comedios del siglo XVI.
Aparte de la escena tan familiar, e incluso tierna, que nos presenta a los niños jugando, mientras son sujetados por sus respectivas madres, destacan la cuna del margen inferior derecho y la tela que hay bajo los pies de Jesús, en las que se aprecian los citados elementos decorativos de corte renacentista. Apoyada en la cuna se muestra una pequeña Cruz con una banderola en la que reza.