El 8 de mayo de 1582 se firmó un concierto con el escultor Jerónimo Hernández de la Estrada para la ejecución del Cristo Resucitado. En el contrato se especifica que realizará tanto la hechura del Resucitado, de dos varas de alto, así como su peana, parihuela, cruz y diadema, todo en madera de cedro o ciprés. La hermandad otorgó la carta de pago el 13 de mayo del siguiente año. Esta imagen fue encargada por la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús para el simulacro que efectuaba en la fiesta de la Resurrección, al igual que hacían en ese tiempo otras hermandades de la ciudad, como la Soledad, la O, la Carretería, la Sagrada Mortaja o el Santo Entierro.
La imagen de Jesús Resucitado es de tamaño natural (170 cm. de altura) y podría estar inspirado en el de Miguel Ángel, de entre 1520 y 1521, conservado en la romana iglesia de Santa María Sopra Minerva, o en el grabado de Albrecht Altdorfer, de 1512, que a su vez reproduce un original de Martín de Vos. Esta imagen representa claramente la estética manierista, se muestra con un canon apolíneo y formas blandas en una majestuosa postura triunfal de Jesucristo.
Entre 2008 y 2010 se ha procedido a la limpieza y consolidación de la imagen, por José María Leal Bernáldez y Esperanza Fernández Cañero.