Ángeles

  

La hermandad cuenta en la actualidad con tres parejas de ángeles, que entre los años 1998 y 2000 se restauraron por José Rodríguez Rivero-Carrera.

Una pareja es la realizada por Pedro Roldán en 1659 para el antiguo paso del Descendimiento. Estos ángeles (90 cm. sin la peana) que conserva la hermandad parece que procesionaron en el paso hasta 1857, pues en la pintura del Santo Entierro Grande de 1854 se aprecian en las dos esquinas de la delantera del paso. Son de los denominados ángeles-virtud y en origen portarían atributos de la Pasión en sus manos. En la actualidad están colocados en la capilla de la hermandad. Se encuentran algo retocados y su policromía parece corresponder al siglo XIX. En los últimos años se han situado en los laterales del paso del Dulce Nombre de Jesús.

Otra pareja de ángeles, de mayor altura, son los ubicados en el retablo mayor, a los lados del Misterio. Son considerados como obras de Pedro Roldán por José Bermejo y Jorge Bernales. Están dentro de la órbita del taller de Pedro Roldán, aunque carecen de la calidad de talla que imprime el genial escultor, quizás debido a las numerosas intervenciones que han sufrido a lo largo de su historia. El escultor Gabriel Astorga cobró 500 reales por la composición de los mismos en marzo de 1852. Sabemos que antes de la unión de las dos hermandades, también se encontraban a los lados del misterio de la Quinta Angustia en la capilla que poseía en el convento del Carmen, aunque quizás no fueran en origen propiedad de la hermandad, como se desprende del inventario fechado en 1876. Se presentaban con diversos atributos de la Pasión de Cristo en las manos, de los que hoy tan sólo queda un fragmento de paño con el rostro del Salvador, colgado en la sala capitular de la hermandad.

La tercera pareja de ángeles se puede atribuir a Juan de Mesa entre 1615 y 1627, aunque han sido atribuidos anteriormente a Martínez Montañés. Lucen a los lados de la propia mesa de altar y formaban parte de los bienes que en 1919 las Órdenes Militares depositaron en la hermandad.

Es de presumir que estos dos ángeles (75 cm.) también procedan de la iglesia de San Benito de Calatrava. Son de madera tallada y policromada y por su peso parece que no están ahuecados. Si bien es cierto que muestran un estilo “montañesino”, lo son más cercanos a la órbita de algunas realizaciones de su discípulo Juan de Mesa, sobre todo en el tratamiento de las cabezas. Hay ciertas semejanzas con los realizados en el relieve de la Asunción de la parroquia de la Magdalena, obra documentada de Juan de Mesa en 1619. Ambos se presentan sobre una nube, con un rico estofado en oro, rojo y verde y con las manos en actitud de presentación.