PASO DE MISTERIO
En el año 1900, con fecha de 21 de enero, sobre diseño de Cayetano Sánchez Pineda, Académico de Bellas Artes y miembro de la Junta de Gobierno, se presenta el proyecto y dibujo de un nuevo paso para la cofradía, boceto éste que realiza el pintor Pedro Domínguez López y que firmado y enmarcado ocupa un lugar de honor en nuestra Sala Capitular. Hay que resaltar que este mismo artista proyecta igualmente para la Hermandad de las Cigarreras, los bordados para el palio de Nuestra Señora de la Victoria.
Descripción de la obra
Nuestro paso, de traza a renacentista con tallados barrocos fundidos en bronce, se encuentra dividido en tres frisos y un respiradero. Coronando el primer friso y más superior, tiene una artística crestería de bronce formada por dragones y cabezas de querubines, cesando dicha crestería en las esquinas del paso, donde se enmarcan cuatro faroles grandes, que son complementados por otros ocho de tipo cuadrangular. Como pie de esta crestería, una pequeña cornisa tallada de ébano en su color. El primer friso y mas estrecho de ellos, presenta también cabezas de ángeles y querubines sobre carey (se hizo finalmente sobre madera). A este friso le sigue una estrecha cornisa tallada de ébano, que corona el segundo friso, el más ancho y hermoso de ellos, y en el cual, en su parte central y frontal se nos presente suspendido por dos ángeles u arcángeles el escudo del Dulce Nombre y el de la Quinta Angustia bajo la tiara pontificia, coronando todo ello la corona real de cuyos extremos sale el Toisón de Oro. En la trasera del paso y también sustentados por dos arcángeles, el escudo de la ciudad de Sevilla bajo la corona real. En el costero derecho, en las mismas condiciones figura sobre artística cartela el escudo del Papa bajo cuyo pontificado se hizo la obra, SS León XIII, rematado todo ello por la tiara pontificia. Sobre el costero izquierdo figura el escudo de armas de España, bajo la corona real y rodeado del Toisón de Oro. A lo largo de estos costeros se reparten volutas y tallas de ángeles con cartelas redondas que presentan los atributos de la pasión. En las esquinas de este magnífico friso figuran los cuatro Evangelistas, de cuerpo entero, figurando en las esquinas delanteras San Lucas con un libro y un toro recostado en su lado y San Mateo con un libro abrazado por un infante. Las esquinas traseras contemplan a San Juan con una pluma en sus manos y un águila a sus pies y San Marcos con un león recostado. Bajo este friso observamos otro de ébano tallado con rosetones de bronce incrustados, y en la parte mas baja del canasto los respiraderos realizados en bronce y caoba y en los que figuran cabezas de Santos, Papas, Obispos y Frailes entrelazándose entre ángeles y dragones. Las cuatro maniguetas son de ébano con incrustaciones en bronce y sustentados sobre las mismas figuran cuatro ángeles mancebos. En sus cuatro ángulos y repartidos por su delantera, trasera y costados, en la parte superior figuran faroles de bronce inspirados en los de la nao capitana del Almirante Strozzi y que allá por 1582 se convirtió en preciado botín para Don Álvaro de Bazán tras su victoria en la batalla de las Azores (actualmente se pueden observar en el Museo Naval de Madrid).
Realización y autoría
En 1901 se hacen los moldes de las esculturas por el escultor Emilio Bartolomé y el tallado por Roldán, contratándose al año siguiente la fundición de las piezas de bronce con la casa Masriera y Campins de Barcelona, hacia donde parten los modelos transportados por vía marítima por la empresa Vapores Vinuesa. El carey proyectado hubo de sustituirse por maderas nobles, dado el enorme coste de la obra. El llamador de bronce que figura en el frontal del paso, sobre los respiraderos es obra del por aquel entonces, Consiliario de la Hermandad y Catedrático de Escultura, Joaquín Bilbao Martínez.
El estreno del paso se produjo el Jueves Santo de 1904, llevando en sus esquinas cuatro individuos de librea, como capataz a Manuel García, y tras el mismo la Banda de Música y Piquete del Regimiento de Infantería de Soria, interpretando la marcha “Quinta Angustia” que en 1891 compusiese su entonces director y Músico Mayor, José Font y Marimont, iniciador de la saga de esta familia de músicos. Era por aquel entonces Hermano Mayor Armando de Soto Morillas y el Mayordomo José de Pineda y Rojas.
Intervenciones y restauraciones
En el año 1957 se estrena el dispositivo de cremallera para la bajada y subida de la cruz, que fue diseñado por nuestro hermano Francisco Galnares. A finales de los años 70 del pasado siglo, el Taller de Manuel Guzmán Bejarano, realizó una nueva parihuela más amplia. En el año 2010, el Taller de los Hermanos Caballero, realiza una nueva parihuela y restauración de todas las maderas, restaurando igualmente Orfebrería Manuel de los Ríos e Hijos, los bronces del paso.
Faldones del paso
De terciopelo morado (1971), con escudos bordados en oro por nuestro hermano Francisco Farfán Ramos (1929). Los cuatro broches de los faldones son de los Talleres de Rincón Galicia del año 1971.
PASO DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS
La Imagen del Dulce Nombre de Jesús, procesiona en un templete de madera dorada, obra de Antonio Infante Reina, diseñado por nuestro hermano Joaquín Bilbao Martínez en 1898 y estrenado en la Semana Santa de 1925. Fue restaurado y dorado de nuevo en el año 2007 por Abel Velarde Medrano y Justiniano Sánchez Mesa, que también doran el moldurón de la parihuela un año mas tarde. Para sus cultos solemnes la imagen lleva una cruz realizada en madera de palo santo y limón del año 1943. Los faldones en damasco blanco, y con cenefas rojas, bordadas en amarillo, se confeccionaron según diseño de nuestro hermano Francisco Farfán Ramos (1925), dibujos estos donde se inspiró el juego de dalmáticas de los acólitos que se realizó en los años sesenta. El templete va escoltado por dos ángeles de Pedro Roldán (1659) pertenecientes a un antiguo paso de Misterio que realizó este escultor para la Hermandad de la Quinta Angustia.
Tiene cuatro jarras de plata de ley, inspiradas en las varas de la Hermandad, realizadas por Juan Borrero (1996-2006). Llamador de plata de ley de Vicente Martín Cartaya del año 1976 y donado por un hermano.