Para salir de nazareno se exige tener los diez años cumplidos, ser miembro de la corporación y estar al día en el pago de las limosnas de hermano.
La túnica de nazareno es morada de capa de igual color, con bocamangas blancas y botonadura morada, todo ello en tela de lana de merino. El antifaz y el cíngulo es de la misma tela morada. En el lado izquierdo de la capa se lleva el anagrama de JHS en blanco. De calzado, sandalias color avellana con calcetín negro.
La salida en Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla se realiza el Jueves Santo por la tarde, tras asistir el cuerpo de nazarenos a los Oficios en la Parroquia de la Magdalena, que se celebran a las 17 horas, y conformando estos el acompañamiento al Santísimo Sacramento en la Procesión Claustral que se celebra por las naves del Templo y que culmina con la colocación del mismo en el Monumento que instala la Hermandad Sacramental.
La cofradía tiene su hora de salida a las 19.30 horas, entrando el paso en la Parroquia a las 23.45 horas.
El recorrido es el siguiente:
San Pablo, Plaza de la Magdalena, Rioja, Tetuán, O’Donell, Campana, Sierpes, Plaza de San Francisco, Avenida de la Constitución, Catedral, Plaza de Virgen de los Reyes, Plaza del Triunfo, Almirantazgo, Arco del Postigo, Arfe, Castelar, Plaza de Molviedro, Doña Guiomar, Zaragoza, Reyes Católicos, San Pablo.
El paso de misterio suele ser exornado de flores con lirios morados o con claveles color rojo sangre de toro. Como dato anecdótico, decir que en los años 60 salió con claveles rosas en una ocasión.
El acompañamiento musical del paso ha variado en el último siglo, habiendo llevado desde finales del s. XIX hasta el primer cuarto del siglo XX banda de música, casi siempre militar. No obstante, el compositor de la marcha “Quinta Angustia”, D. José Font y Marimont, al mando de la Banda del Regimiento de Infantería Soria Nº 9, salió muchos años detrás del paso. En los años 30 debido, entre otras cuestiones, a la difícil situación que atravesaba la Iglesia en nuestra nación y la crisis que la Guerra trajo consigo, se decide cambiar al acompañamiento musical que conocemos hoy día, compuesto de música de capilla y cantores, habiéndose decidido en lo últimos años prescindir de estos últimos en algunas ocasiones.